Ella con sus mil y un recuerdos de sus viajes en balsa, rueda por las nubes hacia otros cielos y él con sus colores a mil pone sus ojos para las memorias suyas y de otros. Se encontraron acelerando donde las calles no son mudas ni parecen terminar, allí donde para encontrar direcciones hay que orientarse mirando hacia los cerros y allí donde los abrazos pueden dar mas de 3 vueltas por el pasar de las tan heladas horas.
Fue en Bogotá, Bogotá D.C donde ella enseñaba a tocar el tambor, danzar y cantar, donde habían lugares donde los viajeros podían guardar sus maletas y donde él tomaba fotos a las palomas en el centro de la ciudad.
Fue en Bogotá, Bogotá D.C donde ella enseñaba a tocar el tambor, danzar y cantar, donde habían lugares donde los viajeros podían guardar sus maletas y donde él tomaba fotos a las palomas en el centro de la ciudad.
Caminando, caminando en un sólo día puedes quemarte las mejillas con los rayos o empaparte los zapatos con los charcos. Lloviendo o haciendo sol se escucha rap y salsa, se ven calles llenas de mariachis y en las paredes viven voces de tinta mientras te retumba el alma al sonar de los ruidos de los autos.
La escuchas respirar y nunca está en silencio Bogotá. En una misma dirección de Chapinero donde sueñan ella, él y cientos, se quieren volver a cruzar de pronto para comer fruta o para retratarse, para tomarse un café o para darse un abrazo, ahí en ese lugar, ella quedándose para tratar de coleccionar estrellas de ese cielo y él para coleccionar memorias de las calles que navega .... y amar.
La escuchas respirar y nunca está en silencio Bogotá. En una misma dirección de Chapinero donde sueñan ella, él y cientos, se quieren volver a cruzar de pronto para comer fruta o para retratarse, para tomarse un café o para darse un abrazo, ahí en ese lugar, ella quedándose para tratar de coleccionar estrellas de ese cielo y él para coleccionar memorias de las calles que navega .... y amar.
Escrito por: Mugre Diamante
Fotos: Camila Castillo
Video: La playa wk
